REDES
GLOBALIZACIÓN
La Globalización es un fenómeno al que algunos teóricos le adjudican sus orígenes en la caída del Muro de Berlín en el año 1989.
Consta de un entramado de interconexiones globales entre países, culturas y naciones que trascienden las fronteras nacionales y los conceptos mismo de nación.
Se entiende como un proceso de liberalización y flujo de intercambios económicos, culturales, políticos, sociales, haciendo hincapié en la comunicación.
En este sentido, comienza a tomar relevancia hablar sobre los medios masivos de comunicación, a nivel nacional y global, y así luego, dando pie al famoso Social Media, término utilizado para identificar a las Redes Sociales propiamente dichas.*
Hubo un desarrollo y crecimiento en auge de las mismas a lo largo y ancho del mundo, que, a la par del proceso globalizante, desempeñaron el rol propio de la comunicación para conectar a través de la Web a la comunidad global, traspasando las fronteras nacionales y acercándonos, generando un flujo inmediato, como manifestación de otra de las cualidades propias del fenómeno anteriormente desarrollado.
SURGIMIENTO E INSTAURACIÓN DEL SOCIAL MEDIA Y SU LÓGICA INTERPERSONAL
El impulso que tomó la red social Facebook en el año 2008 en Argentina, consistió en el preludio de un ineludible derrotero que marcaría uno de los fenómenos modernos de mayor envergadura.
En ese entonces, se iba configurando la dinámica socio-psicológica de un feedback que canonizaba un “me gusta” como condición necesaria pero nunca suficiente de un otro para con uno mismo.
La necesidad psicológica y la ansiedad que corroía la espera de la aceptación ajena iba apoderándose de las dinámicas interpersonales, haciéndonos asumir que esa mirada era algo que teníamos que satisfacer, más aún que la propia.
La obligatoriedad de hacer saberle al otro dónde estábamos, qué consumíamos, o con quién, comenzaba a ser más relevante que el goce mismo del hecho.
El concepto de “amigo” que acarrea, nos hace estar inmerso dentro de un universo donde se busca inconscientemente tener la mayor cantidad de los mismos, como parámetro de popularidad y de reivindicación personal ante la sociedad misma.
Se contrapone al escenario donde éstos parecen ser imaginarios, pudiendo ser en gran parte personas que nunca hemos visto, o simplemente conocidos, que parecen adoptar este rol, tergiversando el significado real de la palabra.
Tiempo después, cobró relevancia y dinamismo Twitter, generando aún más dependencia en términos de actualización, de saber qué manifiesta ese otro al que tengo que dirigirme sin poder equivocarme.
La dinámica de la red en cuestión, denota cierta renovación permanente en función de su rol un tanto periodístico. La rapidez y el cambio permanente por la información fluctuante hace a un consumo igual, que mantiene a la persona más atenta y expectante.
En términos reales, uno escribe lo que le plazca, simulando un diario “público”, donde lo privado queda desfazado, generando una dialéctica corrompida entre esta diferenciación arcaica.
Más recientemente, la Social Media reconocida mundialmente por su trascendencia globalizante, Instagram, vino a reforzar estos paradigmas de comportamiento y vinculación interpersonal.
Esta Red, mantiene un target etáreo donde predomina el prototipo millenial, persona dentro del promedio de veinte a treinta años de edad, atravesado por los conceptos modernos del individualismo, la terminología “freelance” en todos sus sentidos, y un espíritu de vida sesgado por el interés en viajar y llevar una vida económicamente independiente e igualmente sustentable para solventarlo.
Dando la impresión de que conjuga gran parte de las cualidades que se adjudicaron anteriormente a las redes descriptas, vemos con claridad esta lógica de comportamiento donde se propone dejar inmerso a este individuo.
En comparación con el aspecto desarrollado en la red anterior, el sistema nos incita a esperar conseguir la mayor cantidad de seguidores posibles, que reaccionen a nuestras publicaciones e historias, de forma tal que nos avalen, nos respondan con su aceptación y afirmación ante nuestras acciones, que se entienden en el afán de pertenencia.
EL ESTEREOTIPO
Las stories son imágenes que demandan a su autor que verifique permanentemente no sólo cuánta gente la visualizó, si no quiénes, con qué intención, y hasta piden dilucidar qué pensamientos o sensaciones provocó.
Pone en juego la necesidad –ansiedad– por saber, si fue aceptada. No la foto en sí. El café que se tomó, la pared fotografiada, o la selfie. Uno necesita que al otro le guste; e inclusive que responda de forma explícita ante ello.
Dentro del search, uno se encuentra como consumidor de estereotipos de belleza y de lifestyles que se supone, perseguimos.
Estamos predeterminados como consumidores de modelos social y culturalmente impuestos. Estereotipos, la mayor parte de las veces inalcanzables estéticamente (más aún para las mujeres), por ejemplo.
Consumimos, a partir de un sondeo random por parte de un algorítmo que parece saber más de nuestros intereses que nosotros mismos, influencers que exponen como “biografía” frases que avalan a “…viajar como estilo de vida”, creando a una expectativa individual que debería ser justamente universalizada o masificada, sin dar cabida al análisis de las pocas probabilidades que conllevaría en materializarse.
Es la manifestación de otro de los intentos por parte de los centros de poder mundiales donde, a partir de construcciones estereotipadas para manipular a la sociedad, nos dicen lo que debería gustarnos, o lo que deberíamos querer hacer. Es el disfraz moderno de la manipulación masificada.
FINALIDADES INTRÍNSECAS
Estos nuevos paradigmas que moldean las dinámicas de relación interpersonales, así como aspectos psicológicos y puramente humanos como la autoestima, son enfocados y puestos en primer plano como lo trascendental.
La necesidad individual de sentirse aceptado, de formar parte, y de entenderse comprendido por otro, son construcciones sociales que se hicieron funcionales a la forma moderna de percibir nuestro accionar.
Consta de modalidades aggionardas a la propia lógica capitalista de consumo, donde uno como ser individualizado, debe consumir con el fin de pertenecer.
La realización propia a partir de lo estatuído, de la masificación del comportamiento generalizado, corroído por el concepto de moda, no permite verdaderamente individualizarse porque, en realidad, no puede ser diferente al resto. Se debe ser, paradójicamente, igual. Hacer lo mismo, mostrarse de esa manera, permanecer dentro de los cánones de comportamientos estatuídos.
Por eso la contradicción en su sentido mismo. Así como individualiza, engloba.
OUTSIDERS
Por otro lado, cuando enumeramos las características de lo que conlleva el movimiento globalizador, junto al fenómeno comunicativo, el rol de las Redes Sociales y su efecto en los comportamientos individuales que repercuten en las formas de interacción entre las personas, no debemos olvidarnos de los que no quieren pertenecer al paradigma. Los outsiders.
Son personas que optan por propia voluntad a no ser partícipes, no pertenecer a la vorágine demandante y consumista de esta realidad. De esta forma, quedan desfazados, no sólo de la misma si no de su propio entorno. Parecen estar fuera de la realidad, out of the bubble, que los hace de cierta forma alejarse, en este sentido, de su propio círculo de referencia y no sólo de la sociedad toda, afirmando cómo cualquier intención de salirse de paradigmas globalizantes, alienantes, que conforman el universo capitalista de consumo, no son viables.
El outsider parece no ser compatible con este sistema.
Haciendo un racconto en este sentido, es lógico abstraerse a analizar en un marco globalizado, donde las vetas a evaluar tienen que ver con un enfoque multidisciplinar donde no sólo toma relevancia el aspecto cultural, si no que la comunicación, que achica la distancia entre espacios geográficos alejados, es una de sus banderas fundacionales.
La comunicación, entonces, aspecto fundamental del paradigma moderno globalizador, nuclea esta lógica interactiva a través de Redes, donde los fines que preponderan y se pregonan como principios de acción, tienen que ver con lineamientos relacionados al bienestar propio en función del otro, de la percepción del otro hacia uno mismo, aggiornándose al paradigma capitalista, fordista, taylorista de alienación individual y masificador.
CHECHELE, GINA