Gabo Ferro

facetas de un artista 

Desde el IPID nos dimos a la tarea de intentar desglosar algunos aspectos de la vida de este polifacético artista. Pensarlo más allá del análisis minucioso de sus obras que, dicho sea de paso, no son pocas: 16 discos en total contando los solistas, en sociedad y piratas; 6 libros, 10 participaciones en obras de teatro. Sino como un artista cuya curiosidad lo llevó a visitar y revisitar distintas formas de entender el hecho artístico. Por eso nosotros también, como un espejo, intentaremos replicar dicha curiosidad en este artículo.

Quizá nunca lleguemos a poder transitar las múltiples facetas de Gabo Ferro pero pensamos que en el acto de mostrar pequeños fragmentos, algunos hitos, rasgos de su genialidad, estamos invitando a la comunidad a re-visitarlo. Que no es más que otra forma de homenajearlo. La propuesta entonces es repasar la obra de este cantante, autor, compositor, poeta, performer, actor e historiador. Sin un orden cronológico y seguramente con algunos faltantes que invitamos al lector o la lectora a completar ampliando la búsqueda.

El compositor y el cantante

“Soy todo lo que recuerdo y vos

Todo lo que has olvidado

Yo me muevo entre las cosas

Vos entre fantasmas cansados” 

La obra musical de Gabo está estructurada en tres columnas que a él le interesaban de sobremanera: la condición de clase, la distinción discriminatoria de raza y el género como apertura (Lo cuenta en esta interesante entrevista del medio Puerta Cultura). Sus canciones buscaban romper con la canción capitalista no solo desde el contenido sino también desde la forma. No duraban un tiempo canónico, muchas de ellas no presentan la estructura clásica de la canción moderna e incluso el uso de su voz aparecía como un recurso distorsionado, como una variante disonante que muchas veces iba en contra de la armonía. Según Gabo la canción es un monstruo de dos cabezas: una parte es literaria y la otra es musical,  la mezcla de ambas le dan corporalidad. Y Gabo siempre se preocupó por alimentarlas.  

En una entrevista para el medio Wish you were here decía: “Lo mío no es disociación entre la forma y el contenido. Si yo estoy cantando sobre un paisaje espantoso no lo puedo cantar lindo. Por ejemplo si canto la palabra “dolor” que es la que cierra “Solo tenemos ciencia”, no la puedo cantar afinado, la tengo que gritar y tiene que salir desde un lugar de riesgo, desde un lugar en donde abro toda la garganta y dejo que salga como tiene que salir. Ojo si sale afinada, que salga afinada pero si sale desafinada que salga desafinada, si sale llena de aire que salga de esa manera o si sale arrastrada que salga arrastrada” 

No entendía la canción como un hecho sociable, estaba en contra del “tocar por tocar” sin tener conciencia del fenómeno y sus repercusiones. De hecho se definía como una persona muy tímida, y en cambio, pensaba que su canto estaba encarnado desde una posición esotérica antagónica a su personalidad. Creía que cantar era conectar y traer a este mundo algo de otro lado, por eso sostenía que la canción es y debe ser un sitio muy peligroso y no un lugar común y corriente.

La historia oficial de Gabo con la música nace en 1992 con Porco una banda que muchos ubican dentro del hardcore. Porco sacó dos discos “Porco” y “Naturaleza Muerta” y duró hasta 1998. Según él, todos los temas de aquella época estaban signados por la escatología, la muerte y su mayor determinante el HIV. Esta temática se la daba al hecho de ser la primera generación que salía a una erótica abierta post dictadura.

Luego de Porco deja la música, incluso de manera literal: producto del hartazgo abandona su banda en el tercer tema durante un concierto en la parte baja del Hotel Bauen y no toca más durante 7 años. Durante ese tiempo se abocó casi obsesivamente a su formación académica de historiador.  Más adelante, pasados esos años, de la mano de la revolución digital de la música y junto con el reencuentro con una banda amiga (Pez) vuelve a acercarse a la música con un enfoque renovado. En paralelo, comienza a perfeccionarse estudiando música del siglo XX con la maestra Haydeé Schvartz. 

La vuelta significó en Gabo un cambio en dos frentes: en su  percepción del “éxito musical” y en lo que significa hacer arte, en cómo debe y no debe ser una obra artística.  Según él, puso el respeto en un lugar y lo sacó de otro, dejó de perseguir la extrema calidad del sonido para darle lugar a la extrema expresión. Lo que le permitió volverse un músico prolífico, realizando a razón de un disco por año. Repetidas veces hablaba de un ejercicio de revisión y apropiación de lo incidental que fomentó en su vuelta a los instrumentos. De pensar al error como parte del ejercicio musical, como el lugar que revela algún tipo de verdad y que, a la vez, es incontrolable.   

A lo largo de su vida y con su sello Costurera carpintero produjo en total y de manera independiente catorce discos: ocho de estudio como solista, tres en colaboración con otros artistas y tres “piratas”. Y hace no mucho, fue reconocido con el Premio Konex como una de las cinco mejores figuras de la década 2005-2015 en la disciplina Canción de Autor.

El historiador

Los años que pasó alejado de la música los volcó al estudio universitario. Fue profesor de historia egresado con honores (Medalla de oro de la Academia Nacional de la Historia, Premio Museo Mitre, entre otros), magister en Investigación Histórica y estaba cursando su doctorado en Historia. Además, fue docente de la Universidad de Buenos Aires y de otras instituciones.

Como historiador tiene editados dos ensayos: ”Barbarie y Civilización. Sangre, monstruos y vampiros durante el segundo gobierno de Rosas” (2008), por el que recibió la Mención Honorífica del Fondo Nacional de las Artes; Y “Degenerados, anormales y delincuentes. Gestos entre ciencia, política y representaciones en el caso argentino” (2010).

Gabo podría ser leído como un historiador de la cultura, le interesaba el abordaje cultural de los momentos históricos como una forma de representación de su tiempo. Decía en una entrevista realizada por el cineasta Jorge Coscia: “Yo le pongo el mismo peso a una novela de ficción que a un documento de estado… no por tener distintos lugares de circulación dicen menos”. Su enfoque historiográfico se centraba en las dicotomías que construyen los grupos hegemónicos para definir a un otro. Gabo pensaba que siempre el “otro” en la historia Argentina, cuando es definido por la élite, aparece como anormalidad o monstruosidad. Siempre el otro es monstruoso y por lo tanto es un inconveniente para el proyecto que encarna dicha elite. 

Decía también en aquella entrevista que después de la crisis de los 80’, e incluso mucho antes, en el estudio historiográfico hay una división en la historia positivista, la historia liberal y la historia revisionista que está parada en esta ambigüedad y que no valora los documentos si no son “serios”. Gabo renegaba de esa forma de pensamiento donde los documentos serios eran los documentos de Estado y los que no tenían ese sello no eran considerados para la realización de un diálogo histórico.

Para Gabo todo acto es político, por ende responde a un posicionamiento en un tiempo y espacio determinado por reproducción o por oposición. “Yo creo que hasta un beso es político”, le dijo a Coscia. No se refería a político partidista, sino a lo político en términos de un posicionamiento ideológico frente a la vida. Es decir, todo hecho es político. O la contracara de esa expresión: no se puede no decir. 

En sus estudios sobre degeneraciones buscó historizar la construcción de una familia degenerativa argentina. Se preguntó por dónde nace el concepto, cómo llega al país y quién se lo apropia. Y lo hizo moviéndose en tres escenarios: la inmigración, la escuela (1880-1920) y el cine argentino del 40’. La pregunta que guió esta investigación fue: ¿cómo se divulgó lo que antes era un concepto médico-psiquiátrico?. Cuenta Gabo en varias entrevistas que esta pregunta se le ocurrió a partir de unas descalificaciones del falso ingeniero Juan Carlos Blumberg hacia los estudiantes de la universidad de humanidades. Por otro lado, sus estudios sobre barbarie y civilización parte de la premisa de la relectura de documentos ya trabajados más que la búsqueda de nueva documentación Y lo hace a partir del relevamiento de documentación gráfica de la época de Rosas, identificando como se representaba esta dicotomía histórica de Argentina.

El poeta

Dijo la reconocida poeta Diana Bellessi sobre la escritura de Gabo Ferro: “… es la poesía de un mago. Alguien que puede hacer de las palabras siempre algo imprevisto. Hablar del mal y convertirlo en bien, hablar del bien y convertirlo en dolor, hablar de la muerte y transformarla en sembradora, en dadora de vida. Por eso, en sus poemas suceden cosas extraordinarias”. 

En 2014 La Marca Editora publica Costurera carpintero, una antología de las letras de las canciones de todos sus discos. En 2015 edita su primer poemario “Recetario panorámico elemental fantástico & neumático” y se presenta en los Festivales Internacionales de Poesía de Córdoba y Rosario, Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro (Buenos Aires), Encuentro de la Palabra y en el Festival Internacional de Literatura de Buenos Aires (FILBA).

El actor

Como intérprete, Gabo participó junto a Haydée Schvartz en la puesta de Four Walls de John Cage para el Centro de Experimentación del Teatro Colón de Buenos Aires (temporadas 2009 y 2011), del Festival John Cage y el ciclo «Las músicas dentro de la música» con obras de Berio, Dowland y Gandini, entre otros. En 2014, fue protagonista de la ópera Ese grito es todavía un grito de amor sobre textos de Roland Barthes con Música y Libreto de Gabriel Valverde, Dirección Musical de Juan Carlos Tolosa y Regie de Rubén Szuchmacher. En 2015 estrenó junto a Emilio García Wehbi ARTAUD: lengua ∞ madre. También en ese año Gabo presentó Espacio contra el estallado en el Teatro Payró, un recorrido por su discografía con puesta en escena de Rubén Szuchmacher. En 2016 estrenó dos obras performáticas: “Diabólico. La partitura y el mapa” compuesta junto con el coreógrafo y bailarín Pablo Lugones y “Derivas de La Tempestad” que se presentó en Kermesse Shakespeare 2016. En 2017 protagonizó la ópera contemporánea “El astrólogo” con música y libreto de Abel Gilbert y dirección de Walter Jakob.

Como cierre del artículo nos gustaría recuperar la visión de Gabo con respecto a las revoluciones cotidianas como una invitación para pensar nuestra propia vida. En FM la tribu dice que él cree en la pequeña revolución más que en una gran revolución, que la historia ya ha demostrado que tienen al fracaso. Gabo creía en una revolución desde lo cultural, desde lo amoroso, desde los campos que son más humildes que lo político en gran escala, que no implican un plano superestructural. Y definía el acto revolucionario como esas transformaciones que no nos permiten volver a ser lo que éramos antes de haberla transitado. “Uno tiene que aspirar a que un programa de radio, una revista, una relación amorosa sean absolutamente revolucionarios”.

“Me haré un tornado dulce, un perfume, una piel. Seré mi propio padre y así voy a aprender que irse es volver a volver”

Juan Sottile

Referencias:

  • gaboferro.com.ar
  • www.youtube.com/watch?v=JGwTGbj6ato
  • lamarcaeditora.com/autores/gabo-ferro-249
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