Entrevista a Marta Ungaro

Marta Ungaro es hermana de Horacio Ungaro, quien fue desaparecido por las fuerzas armadas en la noche conocida como la Noche de los Lápices, el 16 de septiembre de 1976. En conmemoración a los 46 años de este día trágico de la historia argentina conversamos con ella que desde entonces lucha por conocer la verdad, reivindicar la vida de todos los desaparecidos y mantener viva su memoria

En la Noche de los Lápices los diez jóvenes secuestrados aquella noche tenían entre 16 y 18 años. Las víctimas fueron en su mayoría estudiantes de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), de la ciudad de La Plata.  La CONADEP, estableció que la policía bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil, considerada por las Fuerzas Armadas como “subversión en las escuelas”. Horacio tenía 17 años y era estudiante del colegio Normal N° 3.

¿Qué recuerdos tienes de aquel fatídico día de 1976, hace ya 44 años? ¿Me podrías contar desde tu visión dónde y qué estaba haciendo tu hermano?

Bueno, elaborar los recuerdos hace 44 años es fuerte cada día. Mi hermano estaba durmiendo para ir a la escuela al otro día, él iba al Normal N3. Se había estado pintando el guardapolvo, usaban guardapolvo en esa época, y él se había estado pintando en la espalda el ojo del Guernica con la lágrima. Daniel Racero (otro de los militantes desaparecidos en la dictadura) se había quedado a dormir porque su abuela estaba enferma. A la madrugada lo fueron a secuestrar.

El día anterior yo le había visto que tenía los libros del Che y el Manual de Afanaciev, un manual de filosofía que yo nunca pude terminar de leer y él lo tenía marcado y subrayado. Él me había dicho “no, a mí los libros no me los agarran”. Cuando mi mamá nos vino a avisar a la madrugada, vivíamos en otro departamento, corrimos con mi hermana y yo vi que la ventana (era en un quinto piso) estaba levantada un poco, corrí al balcón y vi con mucha sorpresa que los libros estaban en el parque abajo. Los conservo hasta el día de hoy. Siempre pensé qué fuerza tiene que haber tenido Horacio para tirar los libros mientras escuchaba los gritos y los golpes de las fuerzas que venían a detenerlos.

Ese día salimos a buscarlo con mi mamá y mi papá. No conseguimos abogado que nos redactara el habeas corpus porque habían asesinado a Sergio karakachoff y a Domingo Teruggi, Sergio era militante radical y Domingo era de tendencia peronista, tenían el estudio en conjunto, ellos eran socios. Entonces era tal el terror, los habían matado cuatro días antes, que nadie nos quiso redactar un habeas corpus, no pudimos encontrar abogado. Entonces mi padre que era ingeniero por derecho propio redactó el primer habeas corpus de la búsqueda de Horacio.

Familia de militantes: ¿Cómo se constituye tu camino en la lucha de los Derechos humanos? ¿Quiénes fueron tus referentes? 

Venimos de una familia militante, mi papá, mis hermanos, con mi hermana militábamos en la juventud comunista. Mi mamá y mi papá se conocieron en la solidaridad con la guerra civil española. Así que bueno, el tema discusión y política era diario en casa. Horacio era el más chico de cuatro hermanos.

Salimos como todos los familiares a buscar la aparición con vida. La aparición con vida no la conseguimos y después era el castigo a los culpables. En el ínterin llamamos a la madre de Racero que estaba en Punta Alta, contactamos con Nelva Falcone, con Pocha la madre de Lopez Muntaner, la tía de Claudio de Acha e hicimos presentaciones y cosas juntas.

La historia me puso en el camino o yo me puse en el camino de la historia. Fui con Nelva Falcone el día que Cyrus Vance ponía una ofrenda floral en el parque San Martín de Buenos Aires. Corría el año 1977 en noviembre, y estábamos todas medio escondidas en el parque cuando fue el primer acto de las madres. Cuando fue a poner la ofrenda floral corrimos todas hasta Cyrus Vance en ese entonces secretario de estado de Estados Unidos (estaba muy custodiado y con cantidad de prensa) a entregar cada uno una cartita pidiendo por nuestros desaparecidos. Ahí conocí a Azucena Villaflor, Nelva y otras madres que repartían pañales para ponernos en la cabeza para identificarnos en el momento de cruzar. Hace unos años conseguí una foto, siempre contaba el hecho yo, y bueno tengo la foto en mi poder donde estoy en ese momento con Nelva Falcone y muchísimas madres más y con el pañuelo en la cabeza que era un pañal.  

Juicios a la junta: ¿Cómo fue tu trabajo en el juicio por la Verdad de La Plata y qué visión tenés de los resultados de los juicios a represores? 

El juicio por la verdad lo abrimos hace 22 años en 1998 con varios familiares. Fue muy importante porque se juntó muchísima prueba si bien estaban las leyes de impunidad, de obediencia debida, punto final y los indultos, había habido un fallo que se llamaba Lapacó  que era para conocer el destino final de los desaparecidos.

Así se abrió el juicio por donde pasaron más de 3000 testimonios entre víctimas, madres, abuelas que ahora ya no están, pero son valederos por haber sido dados en sede judicial. Así que para que empezaran los juicios penales una vez que se anulen los juicios podía ser todo muy rápido y directo.

Hace más de 10 años que estamos esperando el juicio del pozo de Banfield, que fue el lugar donde los chicos fueron asesinados los primeros días de enero de 1977. Descubrí que el responsable se había hecho pasar casi 30 años por muerto y está vivo, que es Juan Miguel Wolk, responsable del pozo de Banfield. Él sabe dónde está cada uno de los nietos apropiados, qué pasó con los chicos, dónde tiraron sus cuerpos. Así que bueno, ahora estamos ansiosos esperando que empiece el juicio. Lo fueron postergando, pero nos han dicho que el 27 de octubre posiblemente empiece.

¿Crees que los estudiantes de hoy comprenden y dimensionan lo que ocurrió en la noche de los lápices? ¿Crees que reivindican esa lucha? 

En el camino de militar en derechos humanos nos fuimos a la ciudad de La Plata que ha sido tan golpeada no solamente con desaparecidos. Trabajamos en todos los actos que se han hecho, en la reparación de los legajos, con el nombre y el apellido, los homenajes de memoria, recuerdo y compromiso. Solidaridad y acompañamiento cuando desapareció Miguel Bru, Andrés Núñez, Sergio Julio López. Así que bueno seguimos en ese camino, en solidaridad con todos los referentes sociales y los movimientos porque se sigue luchando por una patria mejor, una patria libre y soberana donde todos tengan igualdad de oportunidades, derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, que no es una utopía. Son necesidades que tienen que ser satisfechas por los gobiernos.

Este 16 de septiembre fue diferente. Yo estoy acostumbrada a ir una marcha y abrazarte con los que te encontras, es tan importante. No hubo marcha, pero hubo mucho zoom, mucha charla con diferentes colegios. Lo positivo fue  que en diferentes provincias una pudo estar presente. Pero igual faltó el calor de los abrazos. Pero la memoria en los secundarios, me di cuenta en estos encuentros, sigue intacta

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