ALICIA REYNOSO: HEROÍNA AYER Y HOY

Alicia Mabel Reynoso es una enfermera de 65 años de edad nacida en Entre Ríos.
Durante la Guerra de Malvinas en el año 1982, se desempeñó en el hospital móvil de campaña de Comodoro Rivadavia como personal civil de la Fuerza Aérea.
Hoy, treinta y ocho años después y a punto de jubilarse, se encuentra abocada a otra lucha:
Se ocupa de cuidar y asistir a adultos mayores, los más vulnerables al COVID-19.

El corriente aniversario de la Guerra de Malvinas no es uno más. Encuentra a los argentinos sensibilizados. El aislamiento obligatorio dispuesto por el Gobierno para detener la pandemia de coronavirus despertó un sentido de unidad nacional inédito para los tiempos polarizados que corren.
Con alto acatamiento a la cuarentena, la mayoría de la población se guarece en su casa a la espera de días mejores, pero existe otra historia: la de hombres y mujeres que deben seguir llevando a cabo su trabajo ya que su presencia es esencial en momentos de crisis, sobre todo la de quienes son profesionales de la salud.
Alicia Reynoso es una de ellas. En su figura conviven dos de las experiencias que quedarán marcadas a fuego en la memoria colectiva: la Guerra de Malvinas y la lucha contra el Covid-19, una batalla abierta cuyo final todavía es incierto.

Malvinas y formación

Alicia Reynoso había ingresado a la Fuerza Aérea en 1980, en el marco de un programa de prueba piloto de incorporación de mujeres. En 1982 ya había obtenido el grado de Cabo Principal.

Las catorce enfermeras que en su momento fueron embarcadas hacia Comodoro Rivadavia en el marco del conflicto bélico tenían entre 22 y 25 años.
En el hospital anteriormente mencionado, trabajaba Reynoso cuando se desarrolló la guerra.
A la madrugada llegaban los vuelos con heridos, se atendían urgencias y se los derivaba.
 “Los soldados se asombraban cuando veían a una mujer con uniforme verde oliva. Para ellos fuimos madres, amigas, primas, hermanas. Ayudamos a contenerlos. Muchos, cuando se sentían mejor, querían volver a las islas para acompañar al compañero que había quedado en la trinchera. Eran leones de 18, 19 años”, recuerda.
Junto a sus compañeras solían llamar a las familias de los heridos para tranquilizarlas y decirles que sus seres queridos estaban bien. «En esas situaciones, se aprende a curar no sólo las heridas del cuerpo, sino también las del alma, agrega.

Luego de la guerra, la enviaron a Córdoba. Estudió en el Escuadrón de Cursos Especiales que funcionaba en la Escuela de Aviación. Obtuvo el grado de alférez.
En 1986 se casó, pero como lo hizo con un subalterno, debió renunciar a su grado. La reincorporarían como personal civil.
En 2004 y 2007 participó de dos misiones de los Cascos Azules en Haití, en el mismo hospital de campaña que se había armado durante la Guerra de Malvinas, el que a lo largo de los años participaría en diversas misiones internacionales de paz.

Otro frente de batalla

Actualmente, trabaja en la II Brigada Aérea de Paraná y participa activamente de la campaña de vacunación antigripal a adultos mayores en el pueblo Grapschental, un pequeño conglomerado fundado en 1886 por alemanes del Volga en la Provincia de Entre Ríos. Allí viven entre 30 y 40 familias, con muchas personas mayores que en tiempos de la pandemia requieren un cuidado especial por ser pacientes de riesgo. Esa es la nueva misión de Alicia.
Cuando llegan remesas de vacunas enviadas desde Buenos Aires, ella viaja desde Paraná hacia la aldea. “Yo siento que tengo que poner el cuerpo en esta nueva lucha. Si no nos mató la guerra, no nos va a matar este bicho de porquería”, dice.
A Alicia le consta la edad que lleva, pero asume que sigue siendo enfermera. Explica que la profesión se lleva por dentro; entiende que se encuentra dentro de la franja de pacientes en riesgo por su edad y por su condición de hipertensa, pero aún así desea seguir llevando adelante su vocación.
En Grapschental se encontró con postales duras. Más allá de la penetración real del virus, su omnipresencia en el inconsciente social despierta temor.
  “Cuando me encontré con los pacientes vi ojos de dolor en muchos de ellos. ‘Tengo miedo de morirme solo’, me dijeron muchos. Eso es terrible. Nunca pensé que lo iba a escuchar. “Estuve en la Guerra de Malvinas, en la guerra civil de Haití y pasé un ACV. Termino mi carrera con una pandemia”.
 Rescata que ve una Argentia unida como en 1982. Desea que ojalá se mantenga, pero sabe que más allá de la pasión por el fútbol, los partidos se terminan. Sostiene que de esta pandemia debemos salir mejores personas, porque alguien nos está envando un mensaje, y está en todos el saberlo interpretar.
 “Yo siento que tengo que estar en este frente, no en el más extremo, como en los hospitales, pero estoy al frente de la prevención, y en la retaguardia por si se desborda y nos necesitan a todos”.
Ante la declaración por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a la pandemia  que golpea al mundo en este 2020 como el Año de la Enfermería, Alicia pide a las enfermeras que sigan amando la profesión y que sigan mirando con el corazón y no sólo con los ojos. Esgrime que el día que una enfermera no sienta que el dolor del otro es el de uno, se tiene que dedicar a otra cosa. Afirma, que la Enfermería es eso: sentir el dolor del otro. Por otro lado, le dice a la gente joven, “que no se amargue, que no van a ser ricos nunca pero van a tener una riqueza espiritual, ética y social. Eso no se paga con nada del mundo”.

Reynoso nunca supo más nada de ese capitán que había llegado al hospital de Comodoro Rivadavia con las piernas destrozadas, hasta que una mañana de 2009, al bajar de su auto, se encontraron cara a cara. El llamó a su familia, que vivía cerca. “Ella es la mujer que me asistió cuando fui herido y de la que tanto les hablé”, dijo emocionado. No hubo más que decir, sólo se abrazaron.

 “Ya volverá el tiempo de los abrazos”, reflexiona actualmente la enfermera.

 

 Referencias

https://www.infobae.com/sociedad/2020/04/14/la-enfermera-de-la-guerra-de-malvinas-que-cuida-adultos-mayores-en-tiempos-de-coronavirus/

https://www.ambito.com/informacion-general/malvinas/de-malvinas-al-coronavirus-la-historia-una-enfermera-la-linea-fuego-n5092836

CHECHELE, GINA

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