Entrevista a Mauricio Kartun

Lado B: Estadios de la cuarentena.  ¿qué pasa con quienes cumplen la cuarentena?

Le propusimos al dramaturgo argentino Mauricio Kartun recorrer algunos de los estadios emocionales y temáticos que atravesamos a lo largo de estos más de 100 días de cuarentena. A partir de una serie de interrogantes basados en un orden aleatorio, tal como presumimos se presentan en nuestros días de encierro, Kartun nos da su visión conceptual y personal de quien ha cumplido y cumple el ASPO

Lejos de Buenos Aires, con molestia en las dorsales y con precariedad técnica en la conexión a internet Mauricio Kartun tiene la amabilidad de comenzar hablandonos sobre

Neurosis: El primer tema que aparece recurrentemente en algunas entrevistas que le han hecho es la neurosis que le genera el encierro ¿A qué responde esa neurosis y cómo se combate?

Convengamos que a las neurosis no les hace falta demasiado para prosperar, se las arreglan solitas. Pero con este asunto todo se agrava, claro. Hoy lo hablaba con mis hijos en un Zoom familiar. El encierro y el miedo crean una situación inédita. Si no andás bien con vos mismo derrapás. Si aceptás el parate en cambio, con todas sus pérdidas, y podés admitir el cambio de vida, por ahí le encontrás la gracia. Más allá de eso hay neurosis beneficiadas, si sos fóbico social como yo, acovacharte sin culpa y a reglamento tiene un goce culposo.

Situación frente al covid: leí que describe a las tragedias como espejo que devuelven la finitud de la vida y que esta pandemia nos está llevando, tal como un mito, a contarnos a nosotros mismos ¿Cómo será ese relato una vez que pasemos la cuarentena?

Negado, porque el ser humano es negador natural, haciendo mucho ruido para no recordar, pero presente sin duda en los nuevos rituales que deje como cicatriz.

Comida: Leí también que es un asiduo cocinero a la chapa ¿Qué lugar le da a la comida en su dia a dia?  (si no vio el especial de Mallmann en Netflix, más que recomendado de otro asiduo cocinero sobre chapa)

Paso la cuarentena con mi compañera y la comida es el eje que lo articula todo. Cuando estás mucho en tu casa tenés el tiempo que en general te falta para los platos más complicados. Y para inventar. El encierro te obliga al acto creativo básico y fundamental: crear algo mezclando lo que hay. Hemos hecho unos menjunjes inconfesables. Hay días que al atardecer ya estoy pelando cebollas y saboreando la cena que viene. Como todo en la existencia, vivimos creando compensaciones.

Libertad:  Me gustaría que defina ¿qué es para usted la libertad?, en una entrevista que le hizo Clarín hablaba de la libertad del rechazo, del poder de decidir qué lugar ocupar y cual no.

Una de sus formas más difíciles porque es uno mismo quien se encanuta. Desobedecer mandatos es uno de los actos de libertad más saludables. Aparte de las leyes, que naturalmente aceptamos y obedecemos, la vida está surcada por redes de conceptos, de mandatos, familiares, tribales o de clase, que se nos imponen como “lo que hay que hacer”. Suelen ser tan profundos esos surcos, esos canales, que te arrastran con su corriente y no te permiten siquiera pensar en si está bien dejarse llevar. Rajarse de la red es el gran acto creativo. El artista tiene que hacerlo a diario porque sin esa libertad no hay creación, pero en la vida cuesta más, claro. Tener preparado siempre el no para las cosas a las que te enseñaron a decir sí automáticamente es recurso precioso. Siempre he estado más orgulloso de las cosas que he rechazado que de las que acepté.

Compañía: ¿Y la compañía, qué lugar cree que ocupa en esta cuarentena general y en la suya particular?

Nunca más valorizada la buena convivencia que en este momento. Si la relación estaba dañada y te venían salvando los momentos de distancia, ahora pegoteado cagaste. En nuestro caso disfrutamos de una pareja longeva con dos atributos invalorables que protegemos primorosamente: el humor y la paciencia para con el otro.

Nostalgia: Quizás la contracara de la pregunta anterior, ¿cree usted que la cuarentena está despertando nuevas formas de la nostalgia?

Nostalgia de los rituales compartidos seguramente. Somos criaturas más metafóricas que literales, y los rituales son justamente metáforas encarnadas. Formas poéticas de la convivencia. Nuestros ritos son el gran soporte de todo. En lo familiar o en lo social. El baile es un ritual de cortejo como la tribuna de una cancha lo es de la guerra. Y en cambio de esos ritos instituidos creamos ahora otros, pero un ritual no anida de un día para el otro. Hay que darle tiempo para olvidar su origen y que quede en pura metáfora. Dar la mano fue alguna vez la forma literal de mostrarse desarmado, tuvimos que olvidar aquello para que cumpla su función simbólica. Extraño nostálgico las juntadas, las de todo tipo: la mesas donde reírse a coro, las rondas de mate donde crear comunión incluso de bacterias, el teatro o las manifestaciones. No es lo mismo bailar en una fiesta popular que subir un Tiktok moviendo las cachas, no hay caso.

El cuerpo: ¿Y el cuerpo? ¿cree que se está pandemia de lugar a una transformación de las corporalidades? ¿De las formas en que nos vinculamos corporalmente?

 El otro día nos cruzamos con alguien que tiene una mirada controvertida sobre el aislamiento y anda a los abrazos con quien se cruza. Nos chocó su beso en la mejilla como un manoseo obsceno. Claro que cambia. Mil cosas. Fijate como nos estamos mirando más a los ojos, que es lo que deja libre el barbijo, y como esa mirada le da carácter diferente a encuentros con gente conocida. Fijate cómo renueva su sentido el anacrónico concepto de “codearse” con gente.

Siesta: ¿Qué lugar ocupa en su vida la siesta? ¿es parte de su rutina de trabajo?

Dicen que el que duerme la siesta amanece dos veces, Cortar el día y aprovechar la energía y la mente despejada. Me gusta y la practico. Incluso dos veces en el día. Laburé muchos años en el mercado de abasto. Arrancábamos a las tres de la mañana. Aprendí a dormir a cachitos. Puedo apolillar veinte minutos y levantarme pila. Es un privilegio que disfruto. Y le hago proselitismo. Habría mucho menos angustia si todo el mundo entendiese que descansar va mucho más allá de sentarse, que esos minutos de desconexión del cerebro que te da una siesta tienen efecto maravilloso. Mi metabolismo me agradece muy efusivo cuatro rituales diarios: el vaso de agua con limón de la mañanita temprano, el ayuno entre cena y almuerzo, la caminata matinal muy intensa y la siesta.

Juan Sottile

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