Covid-19: epidemiologxs

Abordajes desde Latinoamérica

A quince días del mes de mayo de 2020 la pandemia generada por el virus Covid-19 ha desplegado una serie de análisis y procedimientos por parte del campo amplio de la salud internacional. Desde manuales de procedimiento redactados por la OMS hasta el accionar preventivo de un pequeño municipio de la provincia de Buenos Aires. Todo este compendio de estrategias de abordaje de la pandemia es desarrollado por una rama específica de la medicina llamada epidemiología. Estos profesionales se ocupan de estudiar la distribución, frecuencia y factores constitutivos de las enfermedades existentes en poblaciones. Su labor es, en pocas palabras, el estudio de la salud de una comunidad cualquiera sea su magnitud.

Actualmente, según datos de IDEP Salud (http://idepsalud.org/sala-de-situacion/), en el país se confirmaron 255 nuevos casos, llegando a un total de 7.134 afectados. El total de decesos es de 353 personas y la suma de CABA y Pcia. de Buenos Aires supera el 70% de los casos confirmados y personas fallecidas en todo el país. En América Latina el total de decesos es mayor en países como Brasil (14.200), Perú (2.200), Ecuador (2.300) y Chile (394). Y en el mundo hay 4.500.000 afectados y los fallecidos superan los 304 mil, siendo Estados Unidos el país con más casos: 1,39 millones de afectados y 84.3 mil fallecidos. 

Desde este escenario latinoamericano recuperaremos la visión de algunos prestigiosos epidemiólogos que nos permita revisar la condiciones de formación de la epidemia, preguntarnos por la efectividad de los procedimientos del presente y vislumbrar futuros posibles.

Coronavirus la visión de los epidemiólogos

Jaime Breilh es un teórico ecuatoriano impulsor de la epidemiología crítica que rescata las prácticas de resistencia cultural de los pueblos de América e impulsa una universidad que adopte los valores culturales de la sociedad a la que pertenece.

El teórico propone una lectura del sistema sanitario y de la concepción misma de la salud en nuestras sociedades. Donde la búsqueda es pensar la salud pública desde una visión integral, que conecte las cosas que suelen estar desconectadas en análisis convencionales y que no trabaje solamente con las irrupciones de epidemias o pandemias. En sus palabras: “que no vea solo la punta del iceberg sino que vea todo el proceso de generación”. Para Breilh la pandemia del covid-19 es una crisis que vino a evidenciar las realidades del sistema global económico al revelar ciertas características que anteriores pandemias no lograron. Lo hizo a partir de cuatro hitos:

1. En primer lugar, a pesar de existir otras pandemias con mayor letalidad incluso que el coronavirus (aquellas que han venido como formas virales o como virus de recombinación genética), ninguna de estas generó pánico al no forzar la interrupción de la vida económica con una cuarentena generalizada. 

2. La trasmisión de esta epidemia se da de forma virulenta y con un desarrollo distinto a otras. Tiene su epicentro en las ciudades de mayor concentración, replicándose con mayor fuerza en clases sociales de alta vulnerabilidad, que tienen condiciones de vida malsanas y con pocas capacidades técnicas para afrontarla. Por eso el autor define a la pandemia como transclasista

3. Una condición de incompetencia o debilidad de los aparatos públicos, no solo en los recursos sino en el modo de detección del problema. Además, reconoce el autor, la pandemia llega en un momento en el cual todo está diseñado en función de una visión muy particular de salud. Está fuertemente direccionada a las personas, a casos particulares, y no en aquello que genera esas particularidades. Entonces, el paradigma de la determinación social está ausente o incompleto y eso crea un vacío de conocimiento que es vital, clave para poder responder de una manera adecuada.

4. Finalmente, la falta de políticas de equidad, sumando a la falta de articulación entre los organizaciones sociales, que dan lugar a una trama de desigualdad estructural en las sociedades. Esta condición, vuelve a nuestro sistema vertical de instituciones limitado en su inteligencia en salud y constituye lo que Breilh llama una vieja vigilancia epidemiológica. Porque se utiliza una brújula equivocada en los sistemas de salud pública.

La crítica epidemiológica de Breilh está dirigida a lo que él llama la burbuja cartesiana: “Es aquella ilusión de conocimiento que nos aporta el paradigma positivista que cree que la realidad de salud es una realidad de fragmentos, de partes que se relacionan entre ellas, como los factores de riesgo o causalidad de enfermedad que se relacionan a unos efectos”. El problema que detecta allí es que esta forma de interpretación sólo hace foco en los datos empíricos de la salud y no atiende a los contextos donde se dan esos datos. No produce un análisis que tenga en cuenta los comportamientos de la sociedad, no analiza como se replica la acumulación de riquezas y la exclusión social. Factores que luego se vuelven determinantes en la proliferación de las epidemias.

Silvia Riveiro es una investigadora uruguaya directora por América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (ETC) y consultora ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas.

La investigadora define la causa de la proliferación de la epidemia responsabilizando al sistema capitalista, a su deforestación y crianza industrial de animales. Dice que si bien hay un amplio consenso científico que el Covid-19 es de origen animal, no está claro el lugar de donde proviene. Como la mutación del virus es tan rápida, sumado a la intercomunicación que hay hoy en dia a nivel global, hay muchos lugares donde se podría haber originado.

Por el contrario, Riveiro encuentra en la crianza indiscriminada de animales el origen principal de esta pandemia. Culpa a la cantidad de animales que se hacinan, donde cohabitan cepas de diferentes virus y bacterias que se trasladan entre ellos en un espacio reducido. Sumando que los animales son sometidos a aplicaciones regulares de pesticidas, para eliminar otros virus dentro del propio criadero. Y sin olvidar que también hay veneno en sus alimentos. Les dan una dosis muy alta de antibióticos y antivirales para prevenir las enfermedades y eso va creando en los animales resistencias cada vez más fuertes. Menciona la investigadora que entre el 70% y el 80% de los antibióticos en el mundo se usan en la cría industrial de animales. Esta sumatoria de cosas da como resultado animales con un sistema inmunológico deprimido, que a su vez los expone todo el tiempo a enfermedades, generando así un espiral infinito de formación de nuevas mutaciones del virus.

Nosotros -del grupo ETC y de GRAIN-, ya habíamos visto con el surgimiento de la gripe aviar en Asia, y de la gripe porcina (que luego le pusieron A H1N1 para que sea un nombre más aséptico), también del SARS, que está relacionado a la gripe aviar, son virus que surgen en una situación en dónde hay una especie de fábrica de replicación y mutación de virus que es la cría industrial de animales”.

Otro factor que identifica es la destrucción de los hábitats naturales de las especies, dando lugar a desplazamiento de estas especies. Hay que tener en cuenta que los animales silvestres pueden portar un reservorio de algún tipo de virus, que dentro de su propia especie está controlado,  es decir, existe pero no enferma a los animales. Pero si de pronto se ven obligados a trasladarse a otro medio allí puede darse el encuentro con muchas otras cepas; lo que da como resultado una máquina de producir virus. Este proceso tiene que ver sobre todo con la deforestación que, paradójicamente o no, es en parte por la expansión de la frontera agrícola.

En resumen, son varios los factores que se conjugan en este proceso. Por un lado, los animales que salen de sus hábitats naturales, sean murciélagos u otro tipo de animal. Incluso, comenta Riveiro, pueden ser muchos tipos de mosquitos que se reproducen y se hacen resistentes por el uso de agrotóxicos. Por otro lado, el sistema de agricultura industrial tóxica y química que gesta otros virus que producen enfermedades. Para culminar, la investigadora advierte que toda esta cantidad de vectores llegan a las regiones de mayor hacinamiento en las ciudades, sobre todo las zonas marginales y en lugares con baja condiciones en la vivienda e higiene inadecuado. Y concluye diciendo que por este camino solamente continuaremos generando un círculo vicioso de multiplicación entre los virus.

Mirta Roses  es una médica argentina parte del comité de expertos de la Nación formado para aconsejar al presidente sobre el accionar de la pandemia. La doctora habla de la previsibilidad de la formación de los virus en una entrevista por la gaceta sanitaria. 

Dice que estamos en una situación que venía advirtiendose desde hace mucho tiempo. Por la realidad del mundo, la urbanización, cambios demográficos, la ocupación del planeta, el contacto con animales silvestres y el impacto del cambio climático. Estos factores advertían que se iban a generar cada vez más saltos de agentes infecciosos entre la vida animal y la vida humana. De hecho, agrega, hace pocos años un panel de alto nivel conformado por la OMS advirtió que era inminente la aparición de un nuevo virus cuyas características nadie puede prever con anticipación.

En este escenario actual considera que estamos más preparados para afrontar estas pandemias pero no lo suficiente. Como ya lo mencionan varios sociólogos las amenazas no necesariamente se toman en cuenta para las previsiones en el tema social y de la salud. Sumado a esto, hay una serie de factores que incrementan la problemática: la debilidad de los sistemas de salud, la debilidad de los sistemas de atención pública y cuidado de las personas y la falta de mantenimiento e inversión.

Al respecto, hace una comparación puntual entre la situación de Latinoamérica en 2009 con el virus influenza n1f1 y el 2020 con el Covid. Encuentra el escenario muy distinto, menciona que en 2009 había un diálogo muy fluido entre los países, habia mucha mas alianza e integración aunque no tenían todos el mismo tono político. Esto genera un escenario poco favorable para las acciones solidarias, concertadas, de intercambio que permitiera una respuesta más armónica y efectiva en el control y la preparación. Incluyendo acción tales como compartir recursos a través de prácticas sincrónicas. Por otro lado, está el tema social y económico que se une a ese escenario político. Una región que no termina de superar sus enormes desigualdades y un escenario donde los últimos 10 años se ha ido desarmando mucha de las redes sociales y del pequeño incremento que se iba dando al presupuesto asignado a los sectores sociales, particularmente salud y educación.  

Tal como el epidemiólogo Jaime Breilh, apunta a que seguimos teniendo una atención reactiva de la salud, una atención a la demanda, y no una proactiva, que vaya en busca y se adapte a las condiciones de la población. Y profundiza el análisis diciendo que cada vez tenemos una población más precarizada, con más sectores informales de trabajo y con sistemas de salud basados en la condición de trabajador regular, corporativo y estable.

Esa no es la relación que hoy tiene la población mundial con el empleo. Por el contrario, el trabajo actual tiende a ser inestable, informal, con mucha movilidad y por lo tanto tenemos que tener un sistema de atención a las personas que sea accesible a la gente en todo momento o lugar y eso no lo tenemos”. 

De cara al futuro inmediato, dice Roses que será necesario desarrollar políticas de empleo ya que la producción de bienes materiales y financieros se da en el dia a dia. La vida cotidiana de las personas depende de estas producciones. 

COMPARTE