Entrevista a Luis Cantaluppi

La propagación del covid-19 a nivel mundial que se viene profundizando hace varios meses puso en jaque a los sistemas de salud, a los gobiernos y sus figuras presidenciales cómo también a la comunidad toda que se vió amenazada por un virus invisible que la hizo replegar al interior de su hogar y estableció nuevas formas de interacción social.

Muchos son los países que se propusieron generar una vacuna que evite el contagio ya que promete ser la única alternativa a largo plaza para aplacar al virus. Pero estos procesos de investigación son largos y demandan recursos tanto humanos como monetarios por lo que no se espera un resultado positivo en la brevedad.

Mientras tanto cada vez son más las personas que contraen el virus, teniendo un porcentaje de estas factores de riesgo que acentúan la gravedad de sus cuadros. Es por esto que se buscaron métodos alternativos que ayudaran a la recuperación de estos pacientes hasta que efectivamente se apruebe el método más esperado, la vacuna. 

La infusión de plasma es uno de los métodos que probó ser efectivo en la recuperación de pacientes con complicaciones. Luis Cantaluppi, coordinador del Plan de Plasma del ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, nos cuenta cómo es el procedimiento y brinda su mirada a largo plazo sobre la pandemia. 

¿Nos podrías dar una breve definición de qué es el plasma?

El plasma es la parte líquida de la sangre, el vehículo que hace que la sangre pueda transitar por las arterias y por las venas. Cuando uno centrífuga a la sangre saca los elementos formes que son los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas y queda queda una parte líquida. Esa parte líquida contiene anticuerpos. Cuando nosotros nos exponemos a enfermedades vamos generando anticuerpos que nos van a proteger luego de las mismas enfermedades. Osea que nuestro sistema inmune, nuestro organismo tiene un sistema inmune, que hace que cada vez que tenemos una infección, esa infección sea reconocida para luego cuando la tengamos de nuevo la pasemos de lo mejor posible porque ya creamos anticuerpos. Osea creamos defensas contra ese tipo de infección. 

Lo que tiene el convid-19 es que al ser un virus nuevo, el organismo se enfrenta a ese virus, para el cual no hay vacuna entonces tiene que atravesar la enfermedad, y mientras desarrolla la enfermedad fabrica los anticuerpos. Los anticuerpos serían unas partículas tipo Pac-man de elementos que van a ir a buscar al virus y lo van a neutralizar. Osea que van a ir a buscar las partículas virales y las van a inactivar. Nosotros cuando nos exponemos a un virus y nos contagiamos nuestros sistema inmune, que está conformado por glóbulos blancos que se llaman linfocitos, va a ir a producir anticuerpos que van a ir a matar ese virus. Luego cuando el virus desaparece porque nos curamos de la enfermedad, esos linfocitos “B” quedan con una memoria, ¿que quiere decir memoria? que se acuerdan de cómo es el virus y cada vez que se exponen nuevamente al virus fabrican de forma rapidísima los anticuerpos y así no desarrollamos la enfermedad nuevamente. El plasma, cuando nos raspamos y nos caemos, es la parte líquida que sale por los poros de un color amarillento, eso es plasma. Cuando nos quemamos, el líquido de la ampolla, es plasma.  

¿Cómo es entonces el procedimiento de extracción de plasma a los pacientes que atravesaron el virus y generaron estos anticuerpos?

Los pacientes después de que generaron los anticuerpos por haber pasado por la enfermedad se los cita a un lugar que se llama un centro de aféresis. El paciente va y en 40 minutos sacamos el plasma y le devolvemos los glóbulos rojos. A través de una vena se extrae la sangre entera esto es: los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas y el plasma. Toda esa sangre roja como nosotros la vemos pasa por un filtro que se queda con la parte líquida y devuelve el resto al torrente sanguíneo. Solamente de los donantes extraemos plasma y no sangre, por lo tanto el paciente puede donar varias veces y además no sentirse cansado, no tiene los efectos adversos que uno tiene, que igual son mínimos, con una donación de sangre porque no dona glóbulos rojos, solo plasma. 

¿Y en qué pacientes es efectivo este tratamiento? 

Hasta ahora vemos que el plasma funciona de forma efectiva en pacientes tempranos, no tardíos. Pacientes graves, pero tempranos. En la etapa donde el paciente tiene una neumonía muy importante y aparte requiere oxígeno, en ese momento es cuando utilizamos el plasma. Si el paciente lleva mucho tiempo con oxígeno, va empeorando paulatinamente, evoluciona desfavorablemente y deriva en terapia intensiva donde requiere de más drogas el plasma no tiene tanta acción como lo tiene en estadíos precoces. Es como todo, cuando uno deja evolucionar la enfermedad, la enfermedad produce mucha lesión y luego es más difícil recuperar un paciente muy lesionado por el virus a un paciente que recién comienza su enfermedad. 

¿Hay estadísticas al respecto? En la Provincia de Buenos Aires hubo resultados positivos con las primeras pruebas.

Nosotros llevamos 580 pacientes al día de hoy. En Argentina somos los que más experiencia tenemos en plasma. Nos siguen el CEMIC y un par de hospitales más que tienen 70/80 en total. Ya hace dos meses que estamos trabajando con plasma y tenemos una red bastante grande en la provincia donde extraemos plasma en Bahía Blanca, Mar del Plata, General Rodríguez y en La Plata.  Hacemos esto coordinado con CUCAIBA que hace la logística de distribución del plasma en toda la provincia. Cualquier hospital público, tanto provincial como municipal, de la Provincia de Buenos Aires, tiene acceso al plasma. 

Tenemos un protocolo que ya está avalado por el Comité de Ética de la Provincia de Buenos Aires, y que es un protocolo que está tomado, copiado en cierta forma y adaptado a la política argentina, pero es de la Clínica Mayo en la cual comenzaron con la pandemia casi dos meses antes que nosotros, por lo que tienen un poco más de experiencia. Nosotros  nos copiamos un poco de la experiencia de ellos y un poco del resto del mundo y adaptamos un protocolo a nuestras capacidades y necesidades. 

En Estados Unidos actualmente llevan casi 40.000 pacientes infundidos con plasma, y lo siguen haciendo. Es el tratamiento habitual para los pacientes críticos y graves, junto con el Rendesivir que es un antiviral y la Dexametasona que 15/20 días se puso cómo terapéutica clara porque demostró tener una efectividad importante y un tercio de los pacientes no se mueren porque usan dexametasona. Nuestros logros con el plasma no están muy claros, estamos trabajando en eso para tener una estadística y hacer un informe científico que lo vamos a comunicar.

¿Se podrá llegar a tratar a la totalidad de la población que aparezca con síntomas en casos iniciales? ¿Tendría sentido?

No, no tendría ningún sentido. La recolección de plasma es muy laboriosa y requiere de la enorme generosidad de los pacientes que fueron infectados. Los infectados nos donan su plasma pero también hay que pensar que ellos sufrieron primero la segregación y discriminación por covid, luego el aislamiento, algunos tuvieron fiebre, estuvieron internados, padecieron neumonía. La realidad es que no todos los que estuvieron infectados donan, solo una pequeña proporción se concientiza y tiene idea de lo útil e importante que es para todos nosotros contar con su plasma. 

Si quisiéramos tratar a toda la población sería difícil porque hay pocos donantes. Potenciales donantes hay muchos pero reales pocos, osea que sería imposible. Además todos los tratamientos biológicos que tienen plasma de un paciente que se lo da a otro tienen cierto riesgo, no están exentos de riesgo. Es mucho más leve que el de una transfusión pero están poniendo en mi organismo un elemento de alguien que tuvo una enfermedad. Tenemos que reservarlo para los casos graves no para los leves, ya que el 80% de estos últimos evolucionan favorablemente. Ahora, hay un 20% que no evoluciona favorablemente, ese 20% cuando empieza a requerir oxígeno es el momento dónde se le puede infundir plasma.

De cara al futuro, ¿cómo crees que será lo próximos en términos de cuidados de la personas?

Yo creo que,  cómo lo dijo Salk hace ya 20 años, en el 2000 entramos en la era de los virus y los virus van a ser como lo fueron las bacterias durante el 1900. En las pandemias el tema no pasa solo por el virus y su biología sino la forma de transmitirse y la gran propagación que hay de un continente a otro. Un avión tarda 12 horas de China a Europa, de Asia a Europa o de Europa a Estados Unidos por lo que es muy fácil llevar un virus de un lado a otro. Esto en la edad media no existía, porque nadie podía transmitir un virus de un lado a otro, el paciente enfermo moría en el transcurso del camino.

En la era pre aérea tampoco el coronavirus hubiese llegado a Argentina o a Sudamérica, porque quedaba en China, habría un barco que tardaría más de un mes en llegar. Por lo tanto tenemos que entender que estamos en la era de los virus y con una diseminación muy fácil a través de las rutas aéreas. 

Creo que esto recién comienza y es una forma nueva de relacionarnos. Ya los veíamos a los chinos años atrás con barbijos y demás como que era algo exagerado y la verdad es que no, no es exagerado. Tiene que ver con el cuidado y la forma de relacionarnos. El distanciamiento social, el uso del barbijo, el lavado frecuente de manos, el uso de alcohol en gel vinieron para quedarse. Y yo creo que el coronavirus también vino para quedarse. Esta epidemia no va a pasar hasta que no tengamos la vacuna y va a estar siempre, como el virus de la gripe, tampoco se va a ir. Cada vez que viene el invierno la gripe existe, vuelve a aparecer y nos enfermamos. El coronavirus vino para quedarse y es muy transmisible. Vemos que no tiene diferencia tampoco entre etapas de invierno y verano, se transmite de la misma forma, con la misma gravedad y facilidad, osea que creo que tenemos que acostumbrarnos como humanidad a transitar esto de los virus de una forma diferente

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