LEY DE HUMEDALES

El viernes 20 de noviembre tuvo dictamen en la Cámara de Diputados la nueva Ley de Humedales. Fue aprobada en la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano con el objetivo de elaborar reglas para promover la conservación y el uso racional de los humedales.

Allí, más de 50 especialistas en el tema, entre expertos en humedales y urbanismo, formaron una jornada de tres días que fue presidida por Leonardo Grosso (FdT). “Intereses pequeños en cantidad de gente pero muy poderosos han impedido que el Estado logre regular la práctica y la vida sobre los humedales. Y lo que el Estado no regula el mercado lo ha destruido”, destacó Grosso.

Además, aclaró que no es una ley “anti productiva”, como la describieron sus detractores. Sino que es una ley que pretende que el Estado regule la actividad en los humedales para que las industrias y especuladores no destruyan estos reservorios de biodiversidad y recursos naturales. 

Humedales

Para llegar a un entendimiento mayor de lo que busca proteger esta ley resulta pertinente preguntarnos: ¿qué se entiende por Humedal en nuestro país?. El Artículo 1 de la Ley 23.919 promulgada en 1991 los definió como: “las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancandas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. 

En nuestro país, los humedales ocupan el 21,5 por ciento, son unos 600 mil kms cuadrados y los tenemos en forma de: isla, delta, turbera, salares y humedales altoandinos. Son conocidos por sus atractivos turísticos, por las actividades que se desarrollan en sus alrededores y por las ciudades que los rodean. En su mayoría, los humedales están ubicados en los valles de los ríos, depresiones del terreno o al pie de las sierras y montañas. Y su función principal, además de servir de ecosistema y hábitat de muchas especies, es actuar como un filtrador natural del agua. Esto se debe a que sus plantas hidrófitas almacenan y liberan agua dando lugar a un proceso de filtrado. 

Según la Fundación Humedales miembro de la Red Mundial de Wetlands International en nuestro país se encuentran en diversas formas:

  • En el sector noreste del país están en la llanura Chaco-Pampeana y en la Cuenca del Plata. 
  • En la zona noreste se destacan: el bañado «La Estrella» en Formosa, los conocidos Esteros del Iberá en la provincia de Corrientes y la Laguna de Chascomús en la provincia de Buenos Aires. 
  • En el extremo sur del país: se desarrollan los mallines y turbales característicos de la provincia de Tierra del Fuego.
  • En el oeste del país, asociado a los ambientes de Puna y Altos Andes: predominan las zonas desérticas donde existen humedales que son verdaderos oasis para la vida, representando la única fuente de agua en la región. Tales son los casos de las Lagunas de Guanacache y Llancanelo en Mendoza y los humedales de altura como Laguna de los Pozuelos en la provincia de Jujuy. 
  • En la zona costera bonaerense: la Bahía Samborombón, la albúfera Mar Chiquita y el estuario de Bahía Blanca. A lo largo de la costa patagónica: las costas de la Península de Valdez en la provincia de Chubut y las rías de Gallegos y San Julián en la provincia de Santa Cruz.

Actualidad

La situación actual de los humedales es alarmante. Muchos se encuentran en peligro por una serie de variantes que tienen como punto de conexión la explotación desmedida de los recursos, más allá de la integridad de la vida. Estas variables van desde: el cambio del uso del suelo, la utilización como tierra de descarte, el avance de la frontera agropecuaria (agricultura y ganadería industrial), la minería y hasta la contaminación con residuos tanto domiciliarios como industriales. Y todos estos agravantes sin considerar el cambio climático y la urbanización sin consideraciones territoriales. 

Adonis Giorgi, investigador principal de CONICET en el Instituto de Ecología y Desarrollo Sustentable (INEDES, CONICET – UNLU) advierte que: “Hay una tendencia a querer aprovechar una mayor cantidad de hectáreas para cultivo. Las zonas naturalmente inundables que antes no se usaban ahora se drenan para poder explotarlas. El problema es que el agua que tratamos de alejar termina volviendo  de una u otra forma. Las pasturas son claves para absorber los excedentes de agua, si las suprimimos para reemplazarlas por cultivos (que sólo consumen agua durante el período que va de la siembra a la cosecha) posiblemente no podamos evitar las inundaciones. En algunos lugares, por ejemplo, las áreas cultivadas se prolongan hasta la orilla misma de los ríos o lagunas, lo que hace que cuando llueve no haya zona de transición y absorción para el agua que cae. Esto conlleva también a que todo el suelo fértil que se erosiona como consecuencia de las precipitaciones vaya a parar directamente a los ríos y finalmente al mar.”

Antecedentes de la nueva Ley

Proyecto de Ley de 2015 (S-4279/15) entre sus prioridades proponía: promover la conservación y el uso racional de los humedales; mantener los procesos ecológicos y culturales protegiendo su biodiversidad; garantizar las actividades de restauración; y asegurar que  los  planes  de  ordenamiento  territorial  que  se establezcan  por  normas  específicas  incluyan  el  mantenimiento de   las   características   ecológicas   de   los   humedales.

Por otro lado, desde el año 2012 hasta ahora, quince fueron los proyectos de protección de humedales presentados en el Congreso. En 2013 y 2016, dos iniciativas con este objetivo consiguieron media sanción del Senado pero nunca fueron tratados por la Cámara de Diputados, por lo que perdieron sus respectivos estados parlamentarios.

Inventario del nuevo proyecto

Hoy, existen 11 proyectos presentados. Se pide por esta ley teniendo en cuenta lo que ordena el artículo 41 de la Constitución, que es garantizar a todas las personas que habitan en el país un derecho sano y, además, proteger el patrimonio natural y cultural de Argentina. Respetando, a su vez, la ley general del ambiente pide la conservación de la biodiversidad.

El último proyecto en tratamiento es un texto unificado a partir de varias propuestas legislativas, entre ellas la del diputado justicialista pampeano Hernán Pérez Araujo. El proyecto de Pérez Araujo postula tres ejes que considera fundamentales a la hora de implementar una norma de presupuestos mínimos para la protección de los humedales argentinos.

En primer lugar plantea la necesidad de recuperar aquellos humedales dañados, ya sea por factores antrópicos o naturales, destacando que, en los próximos años, la recomposición e incluso remediación de los humedales del territorio argentino, será tarea del Estado.

El segundo eje es el carácter federal que le otorga a esta tarea. Para ello, el abogado pampeano menciona el segundo párrafo del artículo 124 de la Constitución Nacional cuando dice que «Corresponde a las provincias el dominio originario de los recursos naturales existentes en su territorio». Con ello quedó especificado que cada jurisdicción tendrá que realizar en primera medida el ordenamiento territorial, y en base al mismo nutrir el Inventario Nacional de Humedales, y no de forma inversa.

En tercer lugar, Pérez Araujo planteó que al momento de realizar el ordenamiento territorial, aquellos humedales que, debido a su localización, sean interjurisdiccionales, sean categorizados por la Autoridad de la Cuenca Hídrica, o en su defecto de forma consensuada por las diferentes jurisdicciones correspondientes. En este sentido, es de vital importancia no dejar de lado la autonomía que revisten las provincias, y por ende las potestades que revisten.

Futuro cercano

Ahora, el proyecto deberá sortear otras cuatro difíciles comisiones: Agricultura y Ganadería; Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios; Presupuesto y Hacienda; Legislación Penal.

En Buenos Aires, Jóvenes por el Clima, junto a más de 60 organizaciones, presentaron en el Congreso un documento con cerca de 650 mil firmas que apoyan el pedido por la Ley de Humedales.

Pero a pesar de las exigencias de distintos sectores del espectro político para tratar en sesiones extraordinarias y de las actividades de organizaciones el proyecto no fue incluido en las mismas. 

Juan Sottile

 

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